Budapest, la cuna del fenómeno room escape en Europa, parece haberse consolidado como una ciudad en la que poder practicar el turismo de room escape, ya que con más de 50 empresas dedicadas a ello, las actividades de escape están muy solicitadas por los viajeros que visitan la capital de Hungría. Tal es así que en 2014, cuando en España el fenómeno de las salas de escape se encontraba en una fase inicial, la Asociación Húngara de Agencias de Turismo Receptivo decidió reconocer a la room Trap Factory (abierta en 2013) como el mejor producto turístico del año.
Así, el turismo ya no es cuestión sólo de monumentos y museos, sino también de room escapes, muy diferentes entre ciudades y países, ya que en el fondo vienen influidos por la cultura de room escapes, la base y el conocimiento que hay sobre ellos en cada sitio. Hay lugares en los que el fenómeno es aún muy incipiente, mientras que en otras partes, como Barcelona, las salas de escape ya están bastante asentadas y han sabido madurar.
Con la cantidad de salas que pululan por la ciudad condal, hay fanáticos de estos juegos (no sólo a nivel mundial), que han decidido hacer una visita a Barcelona para hacer el máximo número posible de rooms. A pequeña escala, turistas venidos de otras partes de España aprovechan un fin de semana, un congreso o unas vacaciones para probar alguna sala. A mayor nivel, algunos clientes alemanes, israelís o rusos, países en los que la cultura del room escape está bien extendida, no dudan en visitar la capital catalana para realizar un maratón de escapes.
En Barcelona algunas de las salas que pueden jugarse en inglés son las siguientes: Barcelocked, Chicken Banana, Encerrado, Enigmik, Espaniq, Lock-Clock, Mystery Escape, Picadero Motel, Proyecto Target, Room of Riddles, Roomin, The Escape Hunt Experience y White Rabbit.
Sin duda alguna, si hay una ciudad que se presta al turismo de room escape en nuestro país, es sin duda Barcelona, no solamente por la cantidad, sino por la diversidad de sus salas (tanto a nivel de temática como de enigmas). Un gran abanico del que poder elegir (ciencia ficción, suspense, acción, terror, misterio…) en función de los gustos de cada persona.
Pese a ello, parece que los servicios públicos no parecen apostar por el turismo de room escape. Mientras las webs oficiales de turismo de Helsinki o Estonia (por poner sólo un par de ejemplos) enlazan a varias salas de escape, en la de Barcelona Turisme hay que conformarse de momento con enlaces a locales de tablao flamenco, casinos y bares de hielo.